Descubiertas hace miles de años, las perlas se han convertido en un accesorio de gran elegancia al crearse con ellas el famoso collar de perlas. No se producen en grandes masas, ya que son un producto superior, único.
El collar de perlas no puede faltar en el joyero de una mujer elegante, es un accesorio atinado, que se puede combinar con gran cantidad de estilos de ropa y aspectos.
Desde que fueron creados, han sido símbolo de riqueza y elegancia, como en el caso de Egipto y Roma; en Grecia se asociaban con el amor y el matrimonio por su inigualable belleza; en la Edad Media, los gallardos caballeros las llevaban con ellos como amuleto que los protegería contra cualquier mal; y en el Renacimiento eran dignos de la nobleza; en la actualidad, a pesar de que se han desarrollado diferentes técnicas para su creación y se han abaratado, su valor simbólico sigue como desde hace años.
Las auténticas perlas son producidas por moluscos perleros, llamados Ostras Madre, las cuales crean las perlas como defensa a la molestia de algún parásito o molécula de arena que logra colarse en su interior y no puede ser expulsado, es entonces como va segregando el nácar que va cubriendo al intruso y no para de hacerlo hasta que es extraído de la Ostra.
El proceso de defensa es la forma natural de la creación de las perlas, sin embargo, el hombre ha encontrado la forma de cultivarlas, siendo el mismo proceso, pero el intruso es puesto dentro de la Ostra voluntariamente, y además, existen las perlas de imitación, que son creadas por el hombre por medio de procesos industriales y mecánicos.
Cabe destacar que dependiendo del proceso de creación de la perla, ésta obtendrá su color. Las perlas naturales son generalmente de color blanco, melocotón o malva; cuando las perlas naturales son sometidas a una irradiación se tornan color negro o gris (color que tendrán permanentemente); y las perlas artificiales tendrán variaciones de color, tales como azul, rosa, verde, naranja, plata, dorado o cobre.
Las perlas, además, poseen diferentes formas, la más popular es la redonda, pero también está la semiredonda, la oval, la barroca y la semibarroca, ésta última puede ser en forma de lágrima, botón, rectángulo o elipse.
Para la realización del collar de perlas, el joyero debe ser muy cuidadoso, de entre cientos o miles de perlas, debe escoger las que sean más similares para que se vea uniforme, además debe hacer el agujero con cuidado y precisión o podría romper la pieza.
Al escoger un collar de perlas, se tiene que tener en cuenta ciertas características que aseguran una buena compra, es decir, un collar de mejor calidad que otros. Tiene que ser brillante, que pueda verse uno mismo reflejado en la perla; no debe tener ni una mínima mancha o hendidura; además, entre más redonda y grande la perla, mejor.
Y como cualquier otro accesorio, debe tener ciertos cuidado que alargaran la vida del collar y lo mantendrán en buen estado, como no ponerlo antes de los cosméticos, lacas y perfumes porque podría estropear el brillo de la perla; limpiarlas con un paño húmedo para eliminar cualquier resto de algún producto dañino; lavarlas con jabón suave periódicamente; y mantener separado el collar de perlas de otras piezas de joyería más pesadas que pudieran rayarlo.
Sin duda, las perlas son de las gemas más favorecedoras, realzan cualquier modelo y, además, puede afirmarse que no hay un horario establecido para usarlas, son atemporales y transmiten neutralidad.
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